Gracias a los aportes del investigador del Conicet NOA Sur Ramiro Ovejero Aguilar y de un equipo científico de Latinoamérica, el guanaco (Lama guanicoe) fue incluido en una lista de especies migratorias protegidas de la región durante la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de animales silvestres (CMS) que se realizó este año.

Este logro es el resultado de la colaboración del especialista con colegas de Perú, Bolivia, Paraguay y Chile, que valiéndose de estudios e investigaciones sobre la situación actual de este herbívoro -el más grande del Cono Sur-, presentaron una serie de argumentos al comité para la evaluación del caso.

El balance pone en evidencia la siguiente situación: al igual que ocurre con otras especies de condición migratoria, la población de este camélido en la región retrocedió considerablemente.

“A lo largo de los últimos dos siglos sufrió una dramática reducción, pasando de entre 30 y 10 a aproximadamente 2,5 millones de individuos en la actualidad”, señala Ovejero Aguilar, del Instituto de Ecología Regional.

Además, disminuyó un 40% el área de distribución original, que es, sobre todo, la Cordillera de los Andes. Esto se debe a la incidencia de distintos factores. Y, aunque en Argentina se considera todavía una preocupación menor, tenemos poblaciones de guanacos pequeñas, altamente fragmentadas y aisladas.

Estas fueron algunas de las evidencias que impulsaron la decisión de promover la cooperación entre los países de la región para garantizar la supervivencia del guanaco; un reconocimiento que, en perspectiva de Ovejero Aguilar, constituye una decisión histórica y a la vez “fundamental para alentar a los gobiernos a implementar, mejorar y coordinar los planes de manejo y preservación en aquellos países donde esta y otras especies migratorias están presentes”.

Biodiversidad

El listado diseñado por la CMS subraya el papel vital que desempeñan las especies migratorias para el mantenimiento y la preservación de la biodiversidad a nivel mundial. Ovejero Aguilar define la migración como un “patrón de comportamiento en el que un conjunto de individuos de una población se desplaza espacialmente a lo largo de un gradiente altitudinal o longitudinal, de un hábitat a otro; de manera previsible y que involucra un regreso al lugar de partida”.

Así como el guanaco, miles de millones de animales realizan viajes de relocalización cada año por tierra, mar y aire, atravesando fronteras nacionales y continentes; algunos hasta recorren miles de kilómetros para alimentarse y reproducirse. Desempeñan además un papel esencial para la estabilización de los ecosistemas del planeta, debido a que aportan beneficios para la polinización de las plantas, el transporte de nutrientes claves, la depredación de plagas y el almacenamiento de carbono.

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“La supervivencia del guanaco puede verse más comprometida si se limitan sus movilizaciones estacionales a causa del sobrepastoreo; por la presencia de barreras físicas, como alambrados y rutas, u otros cambios antrópicos, como los desmontes, o por la fragmentación del hábitat por la instalación de nuevas infraestructuras; y la escasez de agua y alimentos como consecuencia del cambio climático”, finalizó Ovejero Aguilar.